El pasado 9 de diciembre tuvo lugar la entrega de los premios Conchi Barrios en Vallecas, en el centro social EL ESPACIO, que es donde está la asociación vecinal del puente de Vallecas-San Diego. Nuestra compañera Ángeles Neira estuvo allí y nos ha hecho esta crónica.

Los premios Conchi Barrios, fueron creados el año pasado para reconocer a personas o entidades relevantes para los movimientos y las asociaciones vecinales. En esta ocasión se premió a Mariano Calle, Yayo Herrero y la Parroquia San Carlos Borromeo.
Mariano Calle Cebrecos, un arquitecto experto en viviendas sociales, llegó a Madrid con juventud e ilusiones y se unió a todas las protestas consiguiendo muchas cosas para barrios, que de otra forma no serían lo que son hoy. Mariano, que sigue muy unido a las asociaciones y a la FRAVM, realizó proyectos de urbanización en barrios obreros y es el fundador de Acceplan, una consultora para la accesibilidad universal.
Yayo Herrero Lopez en la actualidad es una de las investigadoras mas influyentes en Europa. Conocida por su compromiso con el feminismo, es ingeniera, antropóloga y profesora. Yayo no pudo estar, porque estaba fuera presentado su ultimo libro, pero envió un vídeo de agradecimiento. Ella también colabora con la FRAVM y participa en muchos eventos feministas.
La institución premiada, como no podía ser de otra forma, fue «La Borromeo», (Parroquia San Carlos Borromeo). Su párroco, Javier Baeza, recordó la lucha con las madres de la droga y sus hijas e hijos, e hizo una intervención que llegó a todas las personas asistentes al alma. Además de hablar con genero inclusivo, que ya sabéis que a mi me parece MUY importante, recordó a personas que han dejado su piel pelando en las asociaciones y recordó que ahora más que nunca hay que seguir luchando por las personas migrantes, las y los menores no acompañados o contra el genocidio.
Entiendo que todas sabeis la importancia de esta parroquia en Entrevías, que en los años 80, con Enrique De Castro al frente, acogía en ella a todo bicho viviente: personas con dificultades, víctimas de la droga, presos, inmigrantes sin papeles etc. Javier, que era el joven del grupo, aprendió a ser “cura de verdad” con Enrique.
Las Madres unidas contra la droga nacieron en esa parroquia. En el 87 se encerraron para denunciar los puntos de venta de droga que había en España, y en el 96 realizaron otro encierro para pedir papeles para las personas migrantes. Esta parroquia siempre ha sido muy querida, por su apoyo incondicional a las personas más vulnerables.
Fue muy emocionante escuchar de nuevo cómo comenzaron las asociaciones vecinales y la fuerza y la importancia que tuvieron para llegar a lo que somos hoy.
Muchas asociaciones nacimos en barrios “cómodos”, pero no podemos olvidar que las primeras fueron en Vallecas, Carabanchel, Palomeras… en unas condiciones muy duras y en un tiempo donde estaba prohibido reunirse o hablar de política.
Muchas personas llegaban entonces a vivir a Madrid, acuciadas por el hambre en aquella España gris, otras escapando de los horrores y persecuciones de la guerra, queriendo olvidar lo que habían vivido en su ciudad o pueblo.
En Madrid hacía falta mano de obra, pero nadie pensó que esa mano de obra necesitaba un sitio donde comer, un techo para dormir, agua, electricidad, un colegio para sus hijas e hijos….
Y sus necesidades comunes, hicieron que unas y otras se unieran para protestar, para luchar y para conseguir todo aquello que les hacía falta para vivir.
Sin duda ninguna el alma de las asociaciones siempre fueron las mujeres. No solo por las luchas, de la calle (Madres contra la droga) sino porque apoyaban todas las luchas y además hacían “las labores propias de su sexo y condición”, que era como se definía ser “ama de casa”.
En la entrega de los premios Conchi Barrios había personas que recordaban cómo de pequeñas disfrutaban jugando en la calle mientras sus madres y padres hablaban de cómo llevar sus luchas para conseguir sus propósitos.
Los primeros premios Conchi barrios, fue para las abogadas de Atocha, los arquitectos y urbanistas Mangada y Hernández Aja y para el responsable de vivida de la FRVM, Vicente Perez Quintana, que también se recordaron el otro día en Vallecas.
Después de la entrega de premios, se ofrecía un picoteo, para que nos viésemos y estuviésemos un rato juntos.









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