Por Ángeles Neira, vicepresidenta de la Asociación Manzanares – Casa de Campo
Desde que era pequeña, Pilar quería ser medica. Ella nació con poliomielitis y no quería que otra niña tuviese que pasar por esa protección por la que ella pasó en su infancia, siempre diciéndole: “ten cuidado, no corras que te caes”, “no creo que tu puedas mantener el equilibrio en ese juego”, “no te pongas minifalda que se nota mucho tu enfermedad…»
Pilar siempre fue consciente de que era para protegerla y eso ayudó a que fuese, aparentemente, una mujer fuerte y, sobre todo, a que quisiese ser doctora.
Barajó varias posibilidades. Pediatra podía ser una, pero el dolor de los peques y ver su sufrimiento le pareció insoportable. Así que decidió que sería cirujana.
Y también decidió que un día a la semana trabajaría gratuitamente para la gente necesitada.
Tenia 12 años y ya sabia lo que quería ser de mayor, algo que no sabían muchas de sus amigas.
Pilar estudió con ahínco para lograr su finalidad.
Cuando terminó empezó a trabajar en un hospital de Madrid, donde era muy valorada y querida.
La vida quiso que conociese a Tomás por las redes sociales e iniciasen una relación de amor; de ese amor tan ciego que no nos deja ver.
Tomás comenzó a maltratarla muy pronto, primero dejándola en ridículo delante de sus amistades, después malmetiendo para separarlas de ella y por ultimo vinieron los golpes.
¿Cómo denuncia una mujer, que es una gran cirujana de un gran hospital, el maltrato?
No lo hace. La vergüenza, el qué dirán y el señalamiento de la sociedad hacia la víctima lo hacen muy duro.
Un día Tomás asesinó a Pilar, después de muchas agresiones sin denunciar, y llamó a un amigo para que le ayudase a esconder el cadáver.
Tomás no encontró apoyo en su amigo, así que se fue de la casa y cambió un poco su aspecto.
Aun así, las llamadas de algunas personas hicieron posible la detención de Tomás.
Tomás volverá a salir a la calle, un día de estos. Volverá a ver el sol. Se cambiará de ciudad. Y nadie recordará lo sucedido.
Pilar no volverá nunca más al hospital, ni podrá extirpar un tumor, o hacer una operación de apendicitis o de corazón.
Pilar no volverá nunca más.
En lo que llevamos de julio ya han sido asesinadas 16 mujeres en España por hombres de su entorno. No son cifras, son vidas arrebatadas por la violencia machista. Este escrito va por todas ellas. Para que no olvidemos.
RECUERDA:
☎️016 atención a víctimas de la violencia de género.
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